La autonomía desconfía de la alarma que estará ofreciendo de Sánchez

No hay cola. Ninguna red autónoma ha hecho todo lo posible para reclamar un estado de alerta general o parcial para sus territorios. Casi lo planeó. Un gesto más discursivo que genuino al interior del Gobierno -como sigue haciendo aflorar el deber de control del coronavirus en las autonomías- que rechazó desde el principio por medio de los del PP y acogió con indiferencia, cuando no sospecha, entre los los del PSOE, mientras que el Govern mostraba su división interna.

Los pobladores ya habían adelantado su negativa en un tiempo después de que Pedro Sánchez invitara a las comunidades a pedir la alarma si lo consideraban obligatorio para prevenir los brotes, porque en este caso contarán con el visto bueno de la mayoría parlamentaria que apoya al ejecutivo. Pablo Casado acusó al presidente de «colarse» en la autonomía para no actuar.

De esta situación llegó la cascada de negativas a estar ofreciendo Sánchez. «No podemos tener un gobierno que renuncie a liderar la reacción legal y legal a la pandemia», dijo el barón gallego Alberto Nuez Feijo, quien pronosticó que enviaría una propuesta al Ejecutivo para modificar la legislación existente y evitar la alarma. Sánchez ya respondió al plan el martes: no faltan reformas legales, porque la orden es suficiente y porque cualquier privación de libertad tendrá que ser aprobada por el Parlamento o por un juez.

Madrid, la región donde los contagios siguen creciendo (1.513 en las últimas 24 horas) y que ya se encuentra bajo la mayor tensión de fitness de toda España (el 13,6% de las camas están ocupadas a través de pacientes covid), no piensa en hotel a alarma. el rastro indicado a través del dictamen sobre quién anuló la orden que prohibía fumar en la calle y cerró la vida nocturna. Pero la puerta no está del todo cerrada. Por ejemplo, la presidenta regional, Isabel Daaz Ayuso, exigió una «estrategia de país», ya había advertido que pediría «lo que sea obligatorio si sirve para blindar la aptitud de los ciudadanos». La salida propuesta a través del ejecutivo autonómico es la de contención expresa y la restricción de «movilidad de riesgo», en palabras del vicepresidente, Ignacio Aguado, de Cs.

Y más aguacero de denuncia del PP: el estar ofreciendo es una «irresponsabilidad» para el consejero de Presidencia de la Junta de Andalucía, Elas Bendodo, y un «paso al lado» de Sánchez, para el presidente de Castilla y León, Alfonso Fernández Ma-ueco, que aboga por una herramienta «eficaz», criterio no inusual en toda España.

Del rechazo del PP a la posición difusa del gobierno. Quim Torra dice que está leyendo la letra pequeña de la propuesta. En otras palabras, no se trata de aplicarlo. En cambio, ERC se opone a hacerlo. Ya se expresó el martes a través de la ‘asesora’ de Sanidad, Alba Vergés, y se ratificó a través de la ‘vicepresidenta’ del gobierno y líder de ERC, Pere Aragonès: “En la situación actual, con las medidas tenemos que tomar, tenemos las herramientas legales para aplicarlos ”.

Las instalaciones legales del Gobierno están analizando los pros y contras de esta posibilidad, pero recursos del Ejecutivo catalán señalan que hasta el momento la Generalitat ha podido decretar cierres perimetrales, contención o restricciones de capacidad sin emplear la alarma. Este recurso, añaden, permitirá que se tomen decisiones sin autorización judicial, pero las facilidades legales que Cataluña no se encuentra últimamente en esta fase. Sin embargo, en las cercanías de Torra no olvidan decisiones gubernamentales pasadas que fueron revocadas por algunos jueces, informa Fidel Masreal.

El lendakari, Isigo Urkullu, tampoco hace que la alarma sea obligatoria de momento. El titular en funciones del Ejecutivo vasco asegura que la coordinación y la «comunicación permanente» existente son eficaces, informa Europa Press.

Entre las comunidades socialistas, la oposición frontal liderada por el aragonés Javier Lambon: la alarma es la «solución fácil», pero luego el virus «resurge y mientras la economía y el empleo se ahogan». Otro barón alejado de Ferraz, el castellano-manchego Emiliano García-Page, señaló que tampoco da la alarma: no ve ningún interés en dibujar esta herramienta sin restringir la «movilidad entre regiones». En su caso, se ve afectado por el traslado de ciudadanos con Madrid. «Medidas como esta son de contención total o no lo valoran», dijo.

Francina Armengol (Baleares), Ximo Puig (Valencia) o Guillermo Fernández Vara (Extremadura) tampoco pedirán la alarma, su actitud es más perceptiva hacia el gobierno central. Puig, en particular, valoró la oferta de Sánchez y dijo que no percibió la denuncia dirigida al ejecutivo y Vara acusó al PP de «crear problemas». Sánchez explicó lo que ya sabíamos, es decir, poder ejercitar esta posibilidad ”, dijo el presidente de Extremadura. La ministra de Salud riojana, Sara Alba (PSOE), dijo que está leyendo y llamando a la alarma o está volviendo a una fase de «microcirugía» en algunas partes de la región a medida que avanza la pandemia.

“Si es necesario, eventualmente lo pedirán”, esperan en Moncloa, donde la puerta a tomar no se cierra si las comunidades se arrastran y el virus se vuelve locura. Sería, argumentan, un gesto ganador para Sánchez: actuar cuando la autonomía se niega, presentarse como el líder que toma las riendas tras la resistencia de una red que no es capaz de propagar el patógeno. Un «ganar-ganar». En el equipo no olvidan que «fueron otros [el PP] los que dieron la alarma» y los que lo hicieron un «uso político».

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