Medicina forense aporta nuevos puntos centrales al caso de Juan Sebastián Aguilar; El tiro certero

(Lea también: Qué es la guerra, una de las hipótesis del magnicidio de Esmeraldero en Bogotá)

Según los primeros reportes, un francotirador se coló por los senderos que rodean el residencial y se ubicó en la montaña trasera donde nadie lo vio. Desde allí observó a Aguilar y, cuando se encontraba en la puerta de su casa, le disparó. Tiempo explicó.

Aguilar, figura vital del sector esmeralda de Boyacá, recibió un disparo en la espalda. Sus 12 escoltas corrieron a auxiliarlo y lo llevaron, aún con vida, a la clínica Los Cobos, sin embargo, murió en el camino.

Este jueves, a casi 24 horas del crimen, la Fiscalía 508 de la Unidad Vida de Bogotá presentó el informe de inspección del cadáver del señalado comerciante de esmeraldas, quien trabajó con el moroso zar esmeraldero Víctor Carranza.  

Según el diario, el francotirador utilizó un proyectil para acabar con la vida de Aguilar. La bala atravesó varios órganos provocando una hemorragia interna, explicaron los expertos forenses.

Aunque el caso se encuentra bajo investigación, se supo que el asesino logró ubicarse en un punto estratégico luego de cruzar los senderos del Camino del Indio y el Camino de los Ángeles Serranía, en los cerros orientales. En ese punto esperó y disparó cuando Aguilos Ángeles era bajado de su camioneta blindada.  

El francotirador, según versiones manejadas por las autoridades, sabía que apenas podían atravesar los 3 anillos de seguridad y el dispositivo de protección conformado por 12 hombres, por lo que accedió al complejo desde los cerros.

También se conoció que al momento del ataque se encontraba Aguilar con su esposa, dos jóvenes y un nieto. Regresaban de misa.

Este asesinato ha puesto en alerta al gobierno y al sindicato esmeralda, ya que se teme una nueva guerra verde, similar a la de los años 80 y 90. Además, existen dudas sobre si habría alguna conexión con sus otros trabajos. , ya que era propietario de Seguridad Oriental Ltda. , a cargo de los sistemas de seguridad de varias minas y minas de esmeraldas, y con contratos con municipios, la CAR y el Distrito Capital, explica el diario.

El homicidio de Aguilar no es el primer intento de acabar con su vida. En octubre de 2023, fue blanco de un ataque en el que dos proyectiles de fusil pasaron a centímetros de su cabeza.

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