Putin chantajea a la ONU para que Ucrania pueda seguir traficando su grano al Mar Negro

A los líos en el campo de batalla, Vladimir Putin suma también las derrotas en el terreno diplomático. El martes, la Asamblea General de la ONU condenó por abrumadora mayoría (143 votos a favor, 3, cinco abstenciones y cinco en contra) la anexión de las 4 regiones ucranianas a través de Rusia Incluso aliados clásicos como India o China no lo hicieron.

Como reacción a un aparente aislamiento exterior, el presidente ruso ha optado por volver a una estrategia que ha utilizado desde el inicio de la guerra: la del chantaje. Esta vez, en lugar de centrarse en la energía, amenazó con (nuevamente) bloquear la exportación de cereales desde puertos ucranianos.

Fue Gennady Gatilov, embajador de Rusia ante Naciones Unidas en Ginebra, quien aseguró el jueves a Reuters en una entrevista con Reuters que Moscú está en posición de rechazar la renovación del acuerdo que, el pasado mes de julio, garantizó la apertura de un salón marítimo para el cereal ucraniano en el Mar Negro.

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Así, con la mediación de la ONU y Turquía, se podía paliar la crisis alimentaria mundial provocada por el bloqueo naval ruso desde el inicio de la invasión. Porque merece recordarse que Ucrania y Rusia son dos de los mayores exportadores de cereales del mundo.

El Kremlin amenaza ahora con deshacer el acuerdo en la asamblea del próximo mes entre las 4 partes (Rusia, Ucrania y los dos intermediarios) «si se tienen en cuenta sus demandas». Como explicó Gatilov en la entrevista, esta semana Moscú habría enviado una carta al Secretario General de la ONU, António Guterres, detallando sus casos judiciales y demandas.

«Es imaginable que dejaremos el acuerdo (. . . ) pero no nos oponemos a los cereales, pero el acuerdo tendrá que ser igualitario, justo y equitativamente implementado por ambas partes», dijo a Reuters. «Si vemos eso no hay nada favorable para el componente ruso del acuerdo, entonces disculpe, tendremos que ver las cosas de otra manera”, agregó.

El mes pasado, Vladimir Putin ya había advertido que daría marcha atrás. Lo hizo en una llamada telefónica con el presidente francés, Emmanuel Macron, al que dijo que lo acordado no era ser decente porque el grano de Ucrania no logró que los países subieran primero.

«Cuando se discutieron los problemas mundiales de seguridad alimentaria, fue bajo presión que el grano exportado desde los puertos del Mar Negro pasara primero a los países emergentes», dijo en un comunicado.

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Sin embargo, según el Kremlin, la Comisión Europea, con sus sanciones, pone obstáculos en el camino de los productos agrícolas rusos y materiales fertilizantes a los mercados de África, Oriente Medio y América Latina.

Si Rusia abandonara el acuerdo, fruto de negociaciones de meses, expiraría a fines de noviembre. El objetivo de la ONU, sin embargo, es ampliarlo y extinguirlo por algún otro año. Para ello, el jefe de ayuda de la organización , Martin Griffiths y un alto funcionario de la industria, Rebeca Grynspan, viajarán a Moscú a finales de esta semana para hablar sobre los problemas con altos funcionarios rusos.

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