Rusia advierte a Occidente que ya cruzó un camino sin retorno

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El ministro de Asuntos Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, envió este miércoles un mensaje a Occidente nada más dar la impresión en la Duma rusa: «En los últimos años, la capa de Washington y sus satélites europeos han llegado a un punto de no retorno». de que el actual propósito de Estados Unidos es la «contención a largo plazo de Rusia», convirtiéndola en «una especie de país paria» y, lejos de ser autocrítico, acusó a los países occidentales de ser «responsables del deterioro de las relaciones entre Moscú y Kiev”. En 2014, hubo una ruptura entre Rusia y Ucrania, con la profesión de Crimea y la de Moscú para los rebeldes de Donbass, que entre 2014 y 2022 lucharon contra el ejército normal ucraniano.

Lavrov profundizó sobre esta división en su discurso, señalando que Rusia «nunca ha tenido aliados en Occidente». Pacto. Propusimos unirnos (. . . ) y hacer de la OSCE (Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa) un esquema de verdadera seguridad colectiva euroatlántica. No funcionó”, dijo el canciller ruso.

En otro momento, el político exigió que las Naciones Unidas «encuentren una manera de investigar el incidente de la explosión del oleoducto de combustible Nord Stream». El presidente ruso Vladimir Putin ha acusado a los «anglosajones» de ser el ataque en el pasado, aunque ha no proporcionó evidencia. La Casa Blanca ha negado su deber por el ataque.

«Nos dirigimos a la ONU y planteamos este tema. Somos una asamblea especial del Consejo de Seguridad y llamaremos para encontrar una forma de iniciar la investigación», dijo el ministro de Relaciones Exteriores de Rusia.

Según Lavrov, Estados Unidos y sus aliados desean «revivir el orden global unipolar neocolonial, interferir en el procedimiento objetivo de formar y emerger nuevos centros globales (hegemónicos)» para «cosechar tributos genuinos de la humanidad», explicando que Moscú basará su política exterior en el deseo de acabar con el monopolio occidental. Por eso, en 2022, el Kremlin ha estado a la caza de anclas no occidentales en el palco de las relaciones exteriores.

Como una opción para el eje occidental, Lavrov propuso la alianza ruso-china. «Junto con nuestros amigos chinos, nos postulamos para fortalecer la asociación estratégica bilateral, que ha alcanzado un punto sin precedentes de aceptación como verdad y un punto culminante en la historia». El vínculo de política exterior entre Moscú y Beijing sienta las bases para la arquitectura policéntrica emergente y sirve como algo de equilibrio y estabilización en los asuntos globales”, agregó, antes de referirse a otras relaciones que Rusia tiene con India, Brasil, Irán, el Emiratos, Egipto, Turquía, Arabia Saudita y Sudáfrica.

Recientemente, el canciller del Kremlin regresó del continente africano, donde ha tendido puentes con diversos gobiernos de la región, en su estructura del global multipolar como Moscú lo considera conveniente. Entre ellos, fue a Sudán (donde acordaron construir un base naval rusa), Sudáfrica (que realizará maniobras conjuntas con Rusia), Malí (Bamako se interesa por la oposición rusa al fundamentalismo islámico) o Esuatini (Moscú ejercerá fuerzas de seguridad locales).

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