«Unidos vamos derrotar o vírus», o último scuma em Pedro Sánchez

Pedro Sánchez mantiene que solo con el estado de alarma se puede controlar la ya debilitada expansión del coronavirus. A Carmen Calvo, sin embargo, se le escapó en una comparecencia parlamentaria que si el Gobierno no contaba con los apoyos necesarios en el Congreso, el Gobierno tenía un plan “b”. Se desconoce si aplicando un decretazo o retocando las leyes de salud pública, como ha pedido reiteradamente el PP. Pero es evidente que Pedro Sánchez nunca negociará con Pablo Casado. Prefiere poder acusar al jefe de la Oposición de “desleal”, incluso tacharle de temerario por poner en riesgo la salud de los españoles al negarse a apoyar sus reiteradas prórrogas.

Basta recordar que cuando el PP le apoyó para aprobar el estado de alarma, Sánchez le acusaba de ultra, de seguir los pasos de Vox. A Rufián, en cambio, cuando ERC se abstuvo, incluso cuando votó en contra con durísimas críticas al Gobierno, le declaró con ternura “su afinidad personal y progresista” ante el estupor del Hemiciclo. Porque Sánchez prefiere pactar con un partido secesionista y de extrema izquierda antes que con otro constitucionalista. El relato socialista es bien conocido. Acusa al PP de acercarse a la ultraderecha, mientras gobierna y pacta con Bildu o ERC, dos partidos de extrema izquierda que solo buscan la independencia del País Vasco y Cataluña aniquilando la Constitución.

Ahora, Pedro Sánchez está a punto de anunciar la sexta prórroga del estado de alarma. Ya cuenta con los votos del PNV, después de transferir al País Vasco y Navarra, la gestión del Ingreso Mínimo Vital, que se acaba de aprobar en el Consejo de Ministros. Y es probable que haya amarrado también los votos de Ciudadanos que ha optado por recuperar el protagonismo perdido en busca de alzarse como el único partido moderado y de centro, una deriva que puede ser el canto del cisne de la formación naranja. Porque resulta evidente que pocos de sus votantes y militantes entienden el apoyo de su partido a un Pedro Sánchez que cada día aparece más radical, desquiciado y sectario.

Está demostrado que el Gobierno actuó tarde y mal, aunque las medidas puestas en marcha han aplacado la crisis sanitaria. Pero también resulta evidente, que Pedro Sánchez ha aprovechado la pandemia para intentar aislar y destruir al PP y estrechar las alianzas con sus socios de investidura, con quienes siente “más afinidad personal y progresista”. Los enfrentamientos del Gobierno con la Oposición en la Comisión de Reconstrucción, más conocida como de destrucción, es el mejor ejemplo. El eslogan de “unidos venceremos al virus” no es más que la última patraña de Pedro Sánchez.

Esta es la opinión de los internautas, no de El Imparcial

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