Pedro Sánchez, presidente del Gobierno
“El sistema impositivo va a mejorar hacia la justicia fiscal”, dice hoy en una entrevista que publica La Vanguardia el presidente del Gobierno y avanza que habrá que plantear una subida de impuestos, nada nuevo porque esta amenaza es recurrente. Es la bandera que esgrime Pedro Sánchez junto a sus socios de Gobierno como seña de su estrategia para la legislatura. Que, recordemos, aun tiene tres años y medio por delante.
¿Se llevará a término un aumento de impuestos? Le pregunta el periodista
“El Estado está haciendo un esfuerzo enorme y está avalando como nunca nadie ha hecho en los últimos 40 años de democracia en este país. Cien mil millones de euros en líneas de crédito, avales para las pequeñas y medianas empresas. Todo ello financiado con deuda pública y con gasto público del Estado. Esto no es sostenible ni en el medio plazo, ni en el largo plazo. Si ya teníamos una carencia estructural en cuanto a la forma de financiarlo con recursos propios, es decir, a través de impuestos, tendremos lógicamente que plantear una mejora de nuestro sistema impositivo”.
¿Y cómo lo piensa hacer?
“Esa mejora de nuestro sistema impositivo tiene que ser estructural y debe haber muchísima mayor justicia fiscal. Lo tendremos que hacer, porque el Estado, ahora mismo, está respondiendo y está salvando muchas empresas y muchos empleos que estaban en severo riesgo”.
El llamado esfuerzo fiscal, concepto mucho menos utilizado, refleja mejor cuál es el nivel de impuestos que asumen los ciudadanos.
Estamos ante la gran mentira de Sánchez: exhibir presión fiscal para justificar las subidas de impuestos, y olvidarse del esfuerzo fiscal.
Lo primero es aclarar que la presión fiscal “es la cantidad de dinero que el Estado recibe por parte de particulares, familias y otros entes obligados a pagar tributos tomando como referencia el producto interior bruto, PIB”.
Y que el esfuerzo fiscal es la relación entre, en palabras gruesas, lo que ganamos y lo que pagamos a Hacienda. Se trata de un concepto mucho más cercano a nuestra realidad individual, a la que nos toca el bolsillo.
Normalmente, sobre todo los políticos, se suelen referir a la presión fiscal para realizar comparaciones entre diferentes países. Sin embargo, el llamado esfuerzo fiscal, concepto mucho menos utilizado, refleja mucho mejor cuál es el nivel de impuestos que asumen los ciudadanos.
Explican los economistas, que la diferencia entre uno y otro indicador es evidente a la hora de determinar si en España se pagan muchos o pocos impuestos
Mientras España es uno de los países de menor presión fiscal de toda la Eurozona, el esfuerzo fiscal se sitúa entre los más altos, incluso por encima de algunos países escandinavos que son el paradigma en este sentido.
Nosotros, por delante de alemania, Austria, Bélgica o Finlandia, y en la trasera, a pesar de que en un porcentaje muy poco significativo, francia, alemania, Italia o España.
Según Fedea, que recoge los datos de la Comisión Europea, en el que las cuotas empresariales a la España que se suman a 8,2 por ciento del PIB, frente a un 7,9% más que en la media de la Zona del Euro.
Por otra parte, de acuerdo con el informe del Fiscal de Competitividad Índice en el año 2019″, publicado por el IEE, el esfuerzo fiscal en España es de un 10% mayor que el de la OCDE.
«El problema es aún más reforzado por el mayor peso de la economía sumergida en nuestro país, en relación a la unión europea, lo que hace que la proporción de contribuyentes que cumplen con sus obligaciones fiscales, de mucho mayor en España que en la unión europea», señala el documento.
Los expertos aseguran que, en este sentido, en el sistema tributario español, que no es capaz de recaudar más dinero, y cuando se producen aumentos de los impuestos. «La economía sumergida bajo el agua, y el impacto en la actividad productiva, el incremento de la presión fiscal, que ayudan a explicar esta distorsión de la misma. De hecho, la caída de los ingresos está relacionada con el alto esfuerzo fiscal, por el que se fomenta la economía sumergida bajo el agua, en vez de resolver»
Un aumento de la economía sumergida, que se encuentra entre el 20% y el 25% del PIB del país, para lo cual, aporta la cuota de que el empresario español, de pago, que es uno de los más altos de Europa, a pesar de que el Gobierno, que siempre apunta a lo contrario.
Mientras que en España es uno de los países con menor presión fiscal, que en el conjunto de la Zona del Euro, en el que el esfuerzo fiscal es uno de los más altos, incluso por encima de algunos de los países escandinavos
Miguel Ángel García Díaz, especialista de la pensión de Fedea, el ex director general de la Seguridad Social, y el ex economista de CC. OO, recordó que los datos de la Comisión Europea, según el mismo organismo, en las cuotas empresariales de España, llega al 8,2% del PIB, frente a un 7,9% más que en la media de la Zona del Euro.
En este sentido, el informe destaca que el gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos, que se basa en la mañana del martes, en la Comisión de la Reforma, señaló que «en las cotizaciones sociales para los empresarios de la Comarca, son más grandes que las de la media de la unión europea».
En su comparecencia, Hernández de Cos, también logró desmantelar el argumento de que la ministra del Trabajo, Yolanda Díaz, lo que aumenta la brecha de ingresos de España con la unión europea en un 80 mil millones de euros
En el informe se estima que el descalcamento en Europa es de alrededor de dos puntos del PIB, lo que equivale a alrededor de 25 millones de euros, muy por debajo de los cálculos de la Gente, como un pretexto para justificar la imposición de «los demás».