Marina Berri y Eduardo Abel Giménez su ebook «Botella verde, aire celeste»

El pasado viernes 26 de julio tuvo lugar la esperada presentación del nuevo libro electrónico de la mano de Marina Berri y Eduardo Abel Giménez, “Botella verde, cielo celeste”, ilustrado a través de Christian Montenegro y publicado a través de la editorial “Dabale arroz”. La ocasión tuvo lugar en la Casa de los Ángeles Lectura – Biblioteca Julio Cortázar, sita en Lavalleja 924, Villos Ángeles Crespo, a las 18:00 horas. La usuaria culpable de la presentación Natalia Méndez. Vale decir también que el diseño del ebook coescrito por Berri, de Merced, lo realizó algún otro local de la Merced: Luciano Andújar, quien a su vez vende ejemplares en los Libros del Carpincho, en Calle 36, entre 25 y 27.

En su presentación del viernes, Méndez calificó el libro como un cuadro que invita a reflexionar sobre la verdad y la fantasía, comparándolo con clásicos como «Alicia en el país de las maravillas» y «El mago de Oz». «Verde botella, aire azul claro es un «Novela infantil que es madre fresca de Alicia en el país de las maravillas y El mago de Oz. Es una aventura que llega a una tierra desconocida y extraña, donde las reglas de la verdad ya no son las mismas», explicó.

Destacó la habilidad de los autores para crear una narrativa en la que lo fantástico se presenta como una extensión herbácea de la realidad, citando a Julio Cortázar en su afirmación: «Me atrevo a decir que Marina y Eduardo son realistas al estilo cortazariano, y que las aventuras Que Luna y Emilio vivan en el cobertizo de las botellas es muy posible».

Durante su presentación, Natalia Méndez también realizó varias preguntas a los autores y al ilustrador, abriendo la puerta a una interesante discusión sobre el procedimiento artístico de la obra.

En la contraportada del libro se resume así: “Emilio y Luna se pegan a un botellero para recoger el guardarropa del abuelo y una muñeca vieja. Descubren así que los botelleros del mundo tienen un almacén en el que guardan todas las cosas que venden otros, que ya no usan, las viejas porciones de la vida, gastadas o no, bonitas o feas. Lo recorren a bordo de un colorido tren fantasma: pasan por habitaciones de color rosa flamenco, azul estrellado, naranja tigre (dientes de sable) y negro pizarra. Participan en un festival que nadie sabe de qué se compone ni cómo terminará. Al final, si tienen suerte, conseguirán llegar al final blanco del túnel.

 

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