Sexo en Colombia: un caso pendiente

Para

Camila Botero y Nicolás Ramos

Santiago Ramírez Tolosa estudia en el Gimnasio Vermont, uno de los más productivos de Bogotá según el ICFES. La escolarización sexual que recibe es de 1 a 3 entrevistas concordantes al año con psicólogas de su propia institución. Los estudiantes la entienden como un área poco confiable porque al ser los psicólogos escolares que dictan esas presentaciones, sienten que les puede perjudicar como escolares por sus preguntas o por dar su opinión.

Ana Sofía Botero estudia en el Colegio Calasanz, también en Bogotá, donde el 80% de los escolares pertenecen a las categorías socioeconómicas cinco y 6. La escolarización por sexo que recibe es de unas 2 horas consistentes al mes. El colegio cuenta con un área denominada Cátedra Calasanz, donde Se abordan temas como los sentimientos, el remedio inteligente de los demás, la comunicación asertiva, el ciberacoso y las redes sociales. Botero, de 13 años, cree que lo que vemos en «Cátedra Calasanz» no es lo que realmente desea en cuanto a la escolarización sexual. Y no ser mayor de la edad del entrevistado.

Según el sexólogo Hernando Restrepo, los adolescentes colombianos de hoy, a esta edad, son sexualmente activos. Incluso practican prácticas como la masturbación organizada donde se pelean por quién eyacula más rápido. Y esta es la explicación de por qué es más que obligatorio que la educación sexual es un tema que se toma en serio y se convierte en prioridad, y que no se trata de unas pocas horas al mes con temas de todo tipo.

David Santiago Ruiz tiene 16 años y estudia en el Colegio Toberín, una escuela distrital donde la mayoría de los escolares provienen de los estratos 1, 2 y 3. No toma categorías sobre educación sexual, pero ve la ética, en la que rara vez se comunican sobre temas expresos sobre sexualidad, órganos reproductivos o enfermedades de transmisión sexual, y siempre, según explica, los temas se relacionan con las facetas devotas o éticas de esos problemas. La única vez que comunicaban sobre sexualidad era cuando explicaban las prácticas de algunas comunidades indígenas o africanas, en qué otras burocracias de mutilación genital se practican a las mujeres. Durante esta explicación, al escuchar el término vagina, muchas de sus compañeras se rieron, lo cual es un síntoma de la inmadurez con la que aún se aborda todo lo similar a los problemas sexuales y reproductivos.

Estas 3 historias son solo un ejemplo de cómo la escolarización sexual en Colombia sigue siendo un tema que dista mucho de ser de calidad. Según ONU Mujeres, en su Guía Técnica Internacional sobre Educación en Sexualidad, para que sea pensada como de calidad o integral, tienen que ser científicamente precisos, apropiados para la edad y el desarrollo, fundados en un enfoque de derechos humanos, igualdad de género, y culturalmente aplicables y específicos al contexto. Y todo esto aún está lejos de ser una verdad en Colombia.

Diagnóstico

El Proyecto de Educación Sexual en Colombia, en la resolución 03353 del 2 de julio de 1993, establece los objetivos, normas y esquema curricular del proyecto escolar nacional, y propone la escolarización sexual como elemento básico en la formación del ser humano, además de construir su obligación, así como la formación de docentes en la materia, con las más altas calidades clínicas y morales. Pero, ¿qué ocurre cuando no existe un marco mínimo para rastrear y comparar lo escrito en relación con lo que sucede?

En Colombia, los adolescentes inician muy temprano su actividad sexual. Según estudios de 2021 del Laboratorio de Economía Educativa de la Universidad Javeriana, los hombres inician a los 13,5 y las mujeres a los 14,8, sin cobertura ni planificación.

Es esta precocidad la que clama con urgencia por una escolarización sexual de calidad en el país. Porque las cifras de este mismo Laboratorio implican que el 69,7% de las escuelas encuestadas, o 7 de cada 10, no cuentan con cuerpo técnico capacitado en sexualidad humana y derechos sexuales y reproductivos. en los últimos 2 años. Asimismo, según este estudio, el 33,43% de las escuelas no han evolucionado o actualizado contenidos similares a la escolarización integral en sexualidad desde 2019.

Juan Andrés Cortés, estudiante de publicidad del Politécnico Grancolombiano, recuerda que cuando cursaba noveno grado, su colegio dio una charla en el auditorio, donde la psicóloga de la institución fue la disertante. Al finalizar la entrevista, Cortés lo discutió con sus compañeros y ellos todos tenían la misma opinión: «No nos informaron nada de esta entrevista. Es más un reflejo ético que una educación sexual satisfactoria. Cuando llegaron al salón de clases, el instructor de ciencias naturales les pidió una presentación sobre condones. Cortés , con sus amigos, alistaron la exposición el día anterior: «No es un tema que me importara, solo busqué la nota. Nadie me dijo que era importante». Pasó la exposición y el tema de la educación sexual nunca volvió a discutirse en su escuela

Según Hernando Restrepo, psicólogo y sexólogo, “el gobierno colombiano aún no ha pagado la deuda con las generaciones pasadas en materia de escolarización sexual y los intereses pasan a las nuevas generaciones, a quienes también les deberá”. el déficit escolar del estado con las generaciones mayores de 25 años, y con las generaciones existentes, no se pone al día en este tema. Restrepo también explica que “hasta que los padres impidan contemplar la escolarización sexual como tabú, no estaremos para avanzar en el combate contra la información incorrecta sobre temas sexuales y reproductivos”.

Restrepo también explica que el pensamiento conservador de millones de padres colombianos genera tabúes y desconfianza entre los jóvenes. Como resultado, los jóvenes tienen miedo de tecnificar a sus padres para comunicarles sus dudas sexuales. Este es el caso del estudiante Santiago Ramírez Tolosa y varios de sus sus compañeros de la escuela de Vermont, quienes dicen que, por la preocupación de hacer preguntas sobre el tema, prefieren usar Internet y terminar quedándose con el primer artículo o párrafo que leen. Esto también lo explica a través de Paula Alejandra Lozano, estudiante de la Universidad de La Sabana, quien asegura que no puede comunicar a sus padres sobre las relaciones y el networking LGTBIQ porque tienen una idea conservadora y al hacerlo la regañan o se generan peleas.

Según Félix Zubiri Sáenz, especialista en medicina de familia y redes, esto es común. La sociedad y la cultura han creado muchos tabúes sobre la historia del sexo, que supuestamente no sería adecuado comunicar o mencionar en otros casos, ya que ha sido establecidos a través de normas sociales, actitudes y conveniencias basadas, con poca frecuencia, en principios alejados de la biología e incluso de las necesidades de cada generación. La palabra tabú se relaciona con prohibición. Romper el tabú ha sido pensado como un delito por parte de la sociedad que lo impone. Tradición, tradición y diversos ideales erróneos hicieron que el reposo y el silencio sobre temas sexuales sobrevivieran bajo la apariencia de etiqueta o precepto ético, impidiendo con poca frecuencia la información de tipo correcto.

Y por la falta de una educación sexual de calidad, según la sexóloga González, otros jóvenes acaban haciendo de Hollywood y de la pornografía sus maestros. Por su influencia, creen que la pornografía se puede utilizar como un detalle educativo porque es muy explícito, pero según Para el profesional, la pornografía merece nunca ser utilizada como detalle educativo porque «limita la vida sexual, desdibuja la verdad y distorsiona las relaciones». se basan en «expectativas poco realistas sobre sus cuerpos y el acto sexual en sí».

Lo negativo de la precariedad

En Colombia, las consecuencias de la escolarización sexual incompleta son alarmantes. Según el DANE y la Organización Panamericana de la Salud, en 2020, 4. 268 mujeres mayores de 10 a 14 años eran madres y 109. 823 mujeres adolescentes mayores de 15 a 19 años. El embarazo de mujeres y adolescentes es sin duda uno de las máximas consecuencias nefastas de la información incorrecta y sobre el sexo.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *