Las trampas estadísticas del Gobierno de Sánchez en la contabilización del coronavirus han imposibilitado cualquier seguimiento de la enfermedad en España. Un caos que se ha implantado en los datos nacionales y hasta en la OMS. El seguimiento de las cifras mostradas públicamente por el Gobierno ha acumulado tal cantidad de cambios metodológicos y trampas que ya ni suman correctamente en la estadística nacional, ni coinciden los movimientos de contagios con las estadísticas que recoge la Organización Mundial de la Salud (OMS) sobre España.
De ese modo, a 22 de mayo, por ejemplo, la simple suma de los datos diarios acumulados desde el 17 de abril daba como resultado 4.898 contagiados más que el dato oficial acumulado mostrado por Sanidad. Es decir, simplemente con sumar los contagios comunicados por el propio Ministerio día a día en ese mismo periodo de fechas, se superaba el dato oficial de ese 22 de mayo en casi 5.000 personas con positivo por coronavirus.
Para colmo, esas trampas, se han trasladado igualmente a las estadísticas de coronavirus de la OMS. Ni la suma acumulada de los datos que traslada el Gobierno al organismo internacional coincide con el resultado aritmético de sumar el día a día de los mismos datos trasladados a este organismo, ni los movimientos diarios coinciden con los registrados y publicitados dentro de nuestras fronteras.
La danza de numélia
Así, ese mismo 22 de mayo, por tomar esa fecha como ejemplo comparable de la estadística nacional y de la OMS, la suma real de los datos diarios de contagios desde el 17 de abril mostraba un total de 248.785 positivos. Pero el dato oficial acumulado enviado por España a la OMS marcaba 234.824 casos confirmados de contagio. Es decir, que la suma de todos los casos diarios superaba la cifra supuestamente acumulada en nada menos que 13.961 casos de coronavirus.
Eso sí, la maniobra oficial intenta mantener la apariencia pública: porque lo cierto es que los datos acumulados oficiales del Ministerio de Sanidad y los remitidos a la OMS coinciden en esos 234.824 ese 22 de mayo y cualquier otro día. Aunque coinciden sólo en la apariencia, porque los datos de contagios diarios son distintos y se cuadran a machetazos estadísticos que ya no respetan ni la aritmética.
Así, el 22 de mayo, Sanidad recoge 56 nuevos contagios en su estadística de coronavirus, y la OMS 688. El día 21 sus datos recogen 48 y 52 respectivamente. El día 20 dan 95 y 110. Y así sucesivamente. En un baile de cifras inexplicable y que rompe por completo cualquier análisis científico de la evolución del coronavirus.
Ni siquiera es posible justificar el retoque continuo de las cifras por cuestiones de retraso, porque no es cierto que las cifras nacionales aparecen con x días de retraso en la OMS.
Es más, de pronto aparecen periodos de días en los que sí coinciden los datos de las dos estadísticas, para luego dejar de hacerlo sin razón alguna. Así, en los días comprendidos entre el 11 de mayo y el 15 de mayo los datos de ambos recuentos sí son iguales.
El maquillaje de la estadística
No se trata de la primera vez que el Gobierno de Pedro Sánchez ha tirado de maquillaje estadístico ante instancias oficiales para disimular su desastrosa gestión del coronavirus. De hecho, decidió iniciar la desescalada del confinamiento tras alterar las estadísticas de contagios de coronavirus y sacar del recuento de positivos todos los casos confirmados por medio de test de anticuerpos.
Por ejemplo, a finales de abril, optó por cortar el envío de datos de nuevas víctimas mortales, justo en el momento de decidir ese desescalado del confinamiento.
Hay que recordar que, justo el fin de semana en el que se hizo el parón del envío de datos, fue el fin de semana en el que Pedro Sánchez inició oficialmente el desescalado del confinamiento permitiendo, incluso, la salida de los niños de las casas para dar una vuelta.
Mensaje triunfalista
Y no se trata de la única trampa estadística del Gobierno de Sánchez preparada para alterar la fotografía de España ante la mirada de la OMS. La estadística de contagios por coronavirus oficial dio un vuelco aparentemente optimista en ese mismo periodo. De pronto, el dato de contagios totales dejó de incluir los casos confirmados por test de anticuerpos, con o sin síntomas y, obviamente, bajó el dato oficial mostrado.
Simultáneamente, el Gobierno lanzó el mensaje triunfalista de que la tasa de nuevos contagios se reducía y se situaba en un 1,4%, un nivel, que según el Ejecutivo de Pedro Sánchez, permitía pensar ya en la desescalada del confinamiento.