Rusia envió tropas a una base aérea en Níger, donde un pequeño número de fuerzas estadounidenses después de que el máximo de tropas estadounidenses abandonaron la base en la capital del país, Niamey, dijo el jueves un funcionario estadounidense.
La llegada de los instructores rusos al país de África occidental hace tres semanas se produjo tras la resolución de Níger de ordenar la retirada de todas las tropas estadounidenses. La orden asestó un duro golpe a las operaciones del ejército estadounidense en el Sahel, una vasta región al sur del desierto del Sahara donde los equipos operan operaciones relacionadas con Al Qaeda y la organización Estado Islámico.
El Pentágono anunció que las tropas estadounidenses abandonarían el país, pero proporcionó un cronograma expreso.
Cuando las tropas rusas llegaron el mes pasado, no estaba claro dónde exactamente se alojarían. Un funcionario estadounidense dijo que ahora estaban en el otro lado de las instalaciones de Niamey, conocida como Base Aérea 101, y no estaban cerca de las fuerzas estadounidenses. La base es la siguiente al aeropuerto internacional Diori Hamani, donde también reaccionan otras fuerzas extranjeras, como la alemana y la italiana.
El funcionario habló bajo condición de anonimato para hablar sobre los movimientos de tropas. No se sabe con precisión cuántos soldados de infantería estadounidenses permanecen en la base de Niamey.
La presencia rusa en la base se produce en un momento en que las tensiones entre Washington y Moscú siguen siendo altas debido a que Estados Unidos continúa suministrando suministros a las fuerzas del ejército ucraniano.
Unos 1. 000 soldados estadounidenses permanecen en Níger, pero la mayoría de ellos han sido transferidos a lo que se conoce como Base Aérea 201, cerca de Agadez, a unos 920 kilómetros (550 millas) de la capital, poco después de que el presidente derrocado por soldados de infantería amotinados en julio pasado. año.
Unos meses más tarde, la junta gobernante pidió a las fuerzas francesas que abandonaran el país y recurrió al mercenario ruso Wagner en busca de ayuda para su seguridad.
En octubre, Washington calificó oficialmente la intervención del ejército como golpe de estado, lo que desencadenó una legislación estadounidense que restringe el ejército y la ayuda que este puede proporcionar a Níger. Desde entonces, los esfuerzos diplomáticos para restablecer los vínculos con Níger han fracasado.
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