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Una receta de locro para conmemorar el 1 de mayo. Origen de un plato que es argentino, pero que sin embargo está muy arraigado en nuestra cultura.
¿El locro es el alimento máximo que se come en vacaciones patrias como el 1 de mayo, el 25 de mayo o el 9 de julio?La respuesta es sí, sin lugar a dudas. Mayo es sinónimo de mes patrio. El 1 de mayo se conmemora a nivel mundial como el Día de los Trabajadores. En Argentina, para celebrarlo, uno de los platos seleccionados es el locro. Además de compartirte una receta para que puedas cocinarlo en casa, te Vamos a notar el origen de un plato que no necesariamente es argentino o europeo, sobre todo por su base de maíz que representa la cultura precolombina.
– Aceite de maíz c/n.
– 250 g de tocino ahumado (cortado en tiras de 1 cm de grosor).
– 3 patas de carne roja (cortadas por la mitad a lo largo y luego por la mitad).
– 3 salchichas de carne roja (peladas y picadas).
– 3 chorizos rojos (cortados en ruedas de cm de grosor).
– 1 1/2 kg de falda (desgrasada y cortada en cubos de unos 2 cm de lado).
– 700g de maíz blanco (remojado y enjuagado).
– g de frijoles (remojados durante la noche y enjuagados).
– 7 puerros (solo los blancos cortados en ruedas).
– 1 1/2 kg de calabaza (pelada y cortada en cubos de unos 2 cm de lado).
– cinco L de caldo de verduras.
– cinco cucharadas de pimentón dulce.
– 2 o 3 cucharadas de comino molido.
– Sal fina y pimienta blanca molida.
– 1 caldo Knorr.
¿Ha caído un mito? Locro es argentino y hace referencia a las culturas precolombinas y otras cocinas alimentadas a través de uno de los productos de máximo valor del continente, el maíz.
En una cacerola grande con aceite de maíz, comienza a cocinar y dora las carnes a fuego medio. Luego agrega el tocino, que comenzará a soltar su grasa después de unos minutos y se pondrá dorado y crujiente. Luego agrega la falda cortada en equivalente en dados, las piernas de carne roja, la carne de chorizo de carne roja y el chorizo rojo cortado en ruedas. Cubrir con agua y cocinar a fuego lento durante al menos 15 minutos. Colar el líquido y sofreír el puerro hasta que esté transparente.
Agrega los frijoles y el maíz remojados y enjuagados. Cocina a fuego lento durante 1 hora y sube la calabaza. Cocinar por lo menos 1 hora más. Los granos de elote y los frijoles deben estar muy tiernos. Condimentar con pimentón dulce, comino molido y caldo. Para acompañar nuestro locro, prepara una salsa típica de nuestra cocina regional, la llamada Grasita Colorada: saltear la cebolla de verdeo en grasa o aceite, sazonamos con pimentón dulce y ají picante, a lo que sin demorar apagado del fuego agregaremos agua fría. Esto decantará la cebolla de verdeo y aparecerá en la superficie el aceite aromatizado, coloreado y muy especiado, el cual recolectaremos y usaremos para sazonar el locro.
El locro llegó a Buenos Aires a principios del siglo XIX. Antes de 1820, se consumía en Salta, Tucumán, Córdoba y el norte de Santa Fe. Según la semióloga e investigadora en historia de las culturas alimentarias en Argentina, Carina Perticone, » «No hay evidencia de que comiera porque la sociedad buscaba comida. Español».
Tampoco hay documentación que indique que en esa época existieran pastelitos o churros, sin embargo lo que existía y existía era el chocolate caliente, entre las categorías altas de la localidad de Buenos Aires.
Algo que se come en las categorías corrientes un alimento llamado «olla podrida». Es un tipo de guiso preparado con cualquier trozo de carne y las verduras que se deseen, sin una lista precisa de elementos. «La verdura máxima esperada del verano es el maíz, y en los banquetes el menú incluía pájaros asados, masas de perdices, pato y pollo. El pavo es el plato de lujo», afirma Perticone.
«No hay evidencia de que el locro se alimentara en 1810 porque la sociedad cazaba para comer a la manera española», dice Carina Perticone, semióloga e investigadora de la historia de las culturas alimentarias en Argentina.
El locro sin duda deriva su nacimiento o componente de su identidad del maíz, el cual no tiene nada que ver con el español, al contrario. El noroeste de nuestro país tiene un patrimonio cultural de alimentos a base de maíz. Los máximos representantes son el locro, frangollo, tulpo. , mote, todos alimentos a base de maíz. El locro ya se ha convertido en un plato nacional en el sentido completo de la palabra.
Hacia inicios del siglo XIX, la vida rural era pensada en nuestro país como un ícono que nutría la cultura y la identidad social. En aquellas condiciones regidas por tramos de Mitre, Sarmiento y Avellaneda, el país ha experimentado drásticos cambios políticos, oleadas de migración (dentro y fuera) y luchas por el territorio.
Se ha creado y grabado en el inconsciente colectivo una cultura nacional. A esta contemporaneidad se adjuntó una vasta literatura criolla, que hablaba de cocina, aunque apareció el locro, el plato que tuvo máxima importancia fue la carbonada, dura y rentable, porque contenía más carne que el locro y era más caro, perdió en el podio, dejándolo como el plato indiscutible de la temporada de celebraciones patrias. A mediados del siglo XX, el locro tenía el símbolo gastronómico de las fiestas patrias.
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