«Orden, orden, orden» fueron las palabras de oro de Emmanuel Macron este lunes ante los micrófonos de los canales TF1 y France 2, en una entrevista que, lejos de aportar respuestas concretas o desencuentros puntuales, despertó bostezos multitudinarios.
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Macron prometió orden después de que se registraran fuertes protestas en todo el país por la muerte de Nahel Merzouk, una joven franco-argelina de 17 años, asesinada a manos de la policía en la localidad de Nanterre, en las afueras de París.
Como bien recordamos, el episodio avivó una vez más el delicado debate sobre la inmigración africana en Francia, añadiendo los viejos (y no tan viejos) dolores de la colonia y las tribulaciones de toda una generación de jóvenes afrodescendientes nacidos en Francia todavía que nunca se sintieron como en casa. Ellos son los que lideraron la destrucción y los incendios que tomaron lugar en los suburbios del país y que dieron la vuelta al mundo.
Macron pide orden en todos los niveles: orden público y orden personal. “Nuestro país desea un regreso de la autoridad en las escuelas, maestros, funcionarios electos, nuestras fuerzas de seguridad. Pero sobre todo, autoridad dentro de la familia. Tenemos que mantener algunos las familias rindan cuentas, porque esos jóvenes que participaron en las protestas… tienen desórdenes que se solucionan en la escuela oa través de la policía. Hay que pintar desde la raíz” – dice el presidente.
En este contexto de violencia generado por la muerte de la joven Nahel pero llevado al extremo por los manifestantes, la Policía Nacional está furiosa. Y Macron echó leña al fuego el lunes al tomar posición contra un policía detenido.
En Marsella, 4 policías de la Brigada Anticrimen fueron procesados y uno de ellos fue puesto en prisión preventiva. Están acusados de golpear a Hedi, un joven de 21 años, últimamente en coma, durante varias horas. Después de la detención de sus compañeros, muchos policías de la misma brigada se declararon en baja por problemas de salud o simplemente tomaron la decisión de no pasar a trabajar. Otros dijeron que harían lo mínimo. No hay reacción al crimen en la ciudad, no hay reacción a las llamadas de auxilio, no hay patrullaje. El director general de la policía nacional, Frédéric Veaux, dijo que «ante un juicio imaginable, la posición de un policía no es prisión», a lo que Macron respondió el lunes que «nadie está por encima de la ley».
En cuanto a la inmigración ilegal, Macron asegura que su gobierno tiene listo un texto «muy completo y equilibrado», con el objetivo de recortar entradas, luchar contra los contrabandistas y las redadas de inmigración ilegal. «La ley levanta nuevos mecanismos para integrar mejor a mujeres y hombres que» contribuir a la fortaleza del país y pinturas en muchos sectores que lo quieren, desde la agricultura hasta la estructura y la restauración».
En el frente económico, las noticias son menos alentadoras. El presidente Macron mostró temores por los costos de la energía: a partir del 1 de agosto se pondrá en práctica un aumento del 10% en las listas de precios de la energía eléctrica y los combustibles, poniendo fin a un tope tarifario que el gobierno había establecido para restringir el efecto de la guerra en Ucrania e inflación en general. Para matizar el anuncio, el presidente también confirma un recorte de impuestos de 2. 000 millones de euros para la clase media, que deberá terminar antes de que finalice su mandato momentáneo en 2027. Un alivio en los impuestos a la producción. También se espera que «permita a las empresas, especialmente a las máximas industriales, hacer más y alquilar más» – dice Macron.
En resumen, el presidente asegura que, en esos cien días, Francia ha avanzado. Eso contrasta con las reacciones de sus opositores, tanto de derecha como de izquierda.
«Señor presidente, las palabras ya no impresionan ante la gravedad de la situación. Son inútiles. Los franceses piden acción. ¡Acción!»tuiteó el presidente del partido Los Republicanos, Eric Ciotti. La izquierda, por su parte, admite estar «horrorizada» por las grises palabras de Macron. Ante su llamado al «orden, orden, orden», el secretario general del Partido Socialista , Olivier Faure, le recordó el lema fundamental francés: «Vamos aquí: Libertad, Igualdad, Fraternidad».
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