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El 31 de octubre se celebró por primera vez el «Día de la Memoria de las Víctimas del Golpe Militar, la Guerra y la Dictadura», al que fueron invitados Feijóo, Díaz Ayuso y Martínez Almeida, que no estuvieron presentes.
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, rindió este lunes un «triyete sincero» en la instancia del «Día del Recuerdo de las víctimas del golpe militar, de la guerra y de la dictadura», en un acto en el que subrayó que el progreso de la «reacción force vives» en diversas partes de Europa nos recuerda que el progreso y la democracia no son irreversibles. El acto, realizado hoy de acuerdo con la Ley de la Memoria Democrática recientemente aprobada, reunió a la práctica totalidad de los ministros del Gobierno, asociaciones memoriales, familiares y dolientes. En ella se entregaron 20 diplomas de reparación y se guardó un minuto de silencio en recuerdo de toda la organización de damnificados. Al inicio de su intervención, Sánchez insistió en que el momento era «muy importante» para él desde un punto de vista no público y recordó su visita, en 2019, a la tumba del presidente republicano Manuel Azaña en Montauban, junto a la cual fue el de Felipe Gómez, uno más “entre los miles de españoles y españolas que pueblan los cementerios del sur de Francia”. El tiempo es «despiadado» con los sin nombre, con los que «yacen tirados en campos, fosas o fosas comunes» a causa de un «fanatismo» ideológico que «ha engullido a España hasta los tuétanos». Toda España perdida en esta contienda, prosiguió Sánchez, para quien es obligado hacer un legado compartido y honrar las vidas sin nombre «perdidas en una guerra despiadada y una posguerra brutal». No se trata, dijo, de abrir heridas, sino de «cerrarlas de una vez por todas», aunque «llegue demasiado tarde». Insistió en que esta popularidad supone saldar una deuda de gratitud con quienes apuestan por una España democrática y, al mismo tiempo, sirve para publicitar actitudes tolerantes en esta sociedad. La Ley de la Memoria, dijo, nace «de una historia integradora», de un «deseo de concordia» del prójimo español que se descubre en la Constitución. Sobre este tema, Sánchez insistió en su respeto, desde el primero hasta el último de sus artículos, «sin excusas». “Nunca más volverás a caminar solo, ninguna democracia se puede construir a base de pactos de silencio”, concluyó el líder ejecutivo. Por su parte, el Ministro de Presidencia, Relaciones con las Cortes y Memoria Democrática, Félix Bolaños, recordó que la fecha para celebrar este día no fue elegida al azar, ya que hoy hace 44 años que las Cortes aprueban la Constitución Española. Apeló a la reminiscencia, como provisión e identidad, y sobre todo como humanidad. “Sin reminiscencia no hay futuro, una sociedad que ignora su más allá corre el riesgo de volver a cometer los mismos errores”, dijo. Evocó también las ausencias colectivas, los enfrentamientos entre hermanos que provocó la guerra y los vacíos que todo ello dejó. “Estas carencias son nuestras, de nuestra democracia, por eso celebramos este acto, para cerrar esas carencias y decir nunca más”, concluyó Bolaños, para quien la jornada merece servir como un emotivo recuerdo de los hombres y mujeres cuyas “vidas fueron truncados sin explicación por qué a ambos lados de las trincheras». En nombre de los que recogieron los 20 grados, habló Montserrat Peligros, agradeciendo a Sánchez que se sintieran «importantes» y destacando que lo que disfrutaban los suyos lo hacía «valorarlo sin duda». «El acto de hoy es el final de un camino, pero también el inicio de otro. Continuaremos el combate (. . . ) sobre todo por amor a la patria ya la democracia», agregó. Según un portavoz de Moncloa, o bien el líder de la oposición, Alberto Núñez Feijóo; como presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Ayuso; y el alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida.