La mayoría de los proyectos ferroviarios en México se han construido a pesar de demandas judiciales de ambientalistas por la falta de estudios de impacto ambiental.
El ejercicio inaugural con el presidente Andrés Manuel López Obrador a bordo pasa cerca de Chocholá, en el estado de Quintana Roo, México, el viernes 15 de diciembre de 2023.
CIUDAD DE MÉXICO — Una semana después de dar el pistoletazo de salida del proyecto ferroviario más polémico de su administración, el turístico Tren Maya del sudeste mexicano, el presidente Andrés Manuel López Obrador inauguró el viernes parcialmente otra de sus ambiciosas obras: el tren interoceánico.
Según él, la industria con Asia ha evolucionado a tal punto que además del Canal de Panamá, es indispensable el paso del Atlántico al Pacífico y, por ello, buscó modernizar y ampliar una línea ferroviaria ya existente que Conecta la costa sur del Pacífico mexicano con el sur del Golfo de México a través del componente más estrecho del país, el Istmo de Tehuantepec.
Al igual que otros de sus grandes proyectos, estuvo desarrollado por las Fuerzas Armadas que se convirtieron en los últimos años en el gran pilar de su administración cada vez con más tareas, desde la seguridad y la migración a la construcción pasando por la gestión de aduanas, aeropuertos e incluso actividades turísticas.
El viernes efectivos de la Marina pasaban ofreciendo alimentos a los primeros pasajeros del tren interoceánico.
El proyecto ferroviario también conectará el istmo con Ciudad Hidalgo, en la frontera con Guatemala, y Coatzacoalcos (en el Golfo) con Palenque, el turístico enclave adonde llegará también el Tren Maya.
La mayoría de estos proyectos se construyeron a pesar de quejas y procesos judiciales de ambientalistas sobre la falta de impacto ambiental en las evaluaciones.
El máximo criticó, por su mayor carga y la destrucción ecológica que provocó, el Tren Maya, las pinturas insignia de López Obrador que atravesaron la Península de Yucatán y destruyeron kilómetros de selva, poniendo en peligro acuíferos y muchos restos arqueológicos.
Esa ruta y la del istmo son parte de un plan del mandatario que busca revivir el uso de los trenes de pasajeros en el país, un servicio que dejó de prestarse a nivel nacional hace más de tres décadas.
En un decreto publicado en el Boletín Oficial en noviembre, el gobierno indicó que en primer lugar se concederían siete vías, que cubrirían rutas de todo el país, para las cuales se utilizarían los ferrocarriles que últimamente se utilizan para el servicio de carga.
Si los actuales concesionarios de las rutas no presentan propuestas, el gobierno prevé que se encarguen de su gestión las secretarías de la Defensa y de Marina.
FUENTE: AP